Día 208 Salvador – Lençois (Chapada Diamantina)

Antes que cualquier cosa diré que fue mas o menos un crimen haber estado tan poquito tiempo en Salvador; es una ciudad que merece mucho mas tiempo, peeero com ya les había contado que mi permiso de estadía se está acabando, el resto de brasil se hará como las porciones de comida fusión o autor: poquitico; por lo menos esta cata servirá para saber donde se debe volver y a donde no.
Dicho esto y con toda la tristeza de dejar a Salvador, me monté en la moto y con tanque de gasolina lleno me fui para lençois que es el pueblito de partida para la chapada diamentina.
En feira de Santana un hombre me paró y me dijo que para ir allá tomara una ruta diferente a la que me indicaba jose obdulio, resultado, me evité todos los camiones, porque esta carreterita estrechita y acabadita es la puerta de entrada a muchas partes del interior de brasil y se podrán imaginar la cantidad de camiones (y su tamaño) que andan por estos lados.
Despues de un monton de horas y de haber evitado que unas docientasmil mariposas completaran su ciclo migratorio llegué al dichoso pueblo de donde se puede ver un pedacito de la chapada diamantina. los posters en ingles la llaman highlands, pero creo que sería mas preciso llamarla un altiplano, pero por ser tan bajo, mejor unas simples mesetas. Tienen dos valles, el paty y el capão, y no se si seré yo muy exigente pero a simple vista no me pareció tan grande, cualquiera de los del perú, sobretodo el colca, el chicamocha colombiano o los valles andinos de chile y argentina los creo mas grandes e imponentes pero no por ello la chapada no vale la pena.
Lençois es un pueblito medio colonial, medio hippie bastante pequeño, sus habitantes viven de hacer tours para los turistas, venderles comida o tener pousadas. En este caso, al igual que florianopolis, paraty,  morro de são paulo, itacaré, arraial d’ajuda y un sin fin mas, está lleno de argentinos; ya me lo había dicho uno de ellos: el sueño de un argentino (hippie, esto lo pongo yo) es ir a una playa del brasil y poner un hostel. Pues bien, no solo playa exigen, tambien les gusta las montañas.
La vida nocturna del pueblo es tipo paulista, según me dijo muy armargado un bahiano porque la gente va a comer a restaurantes y a conversar (y al parecer así no se puede, ni se debe hacer) La oferta es poca y tiende a pizzas y comida organica; comí en el único que vendía comida tipica bahiana y me fue negro, no porque las recetes sean malas, sino porque con la pereza que me atendieron, y lo mucho que dejaron la comida en el horno, pues todo quedo seco y medio quemado.

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La carretera

 

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Baia

 

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La moto

 

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Baia es medio arida

 

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Aceracndonos a la chapada

 

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Calle Lençois

 

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Techo y cables