Capoeira full contact!

Y quien lo diría, el capoeira si es de contacto, el problema es que se debe asistir a un show popular improvisado, nada de esos bailecitos con musica de fondo y los espectadores aplaudiendo, no señor, el verdero capoeira cuando pierde sus sutilezas y lances elegantes, es más físico y menos elástico, pero es más entretenido.
La técnica es un poco diferente: lo primero que se debe hacer es hacer uno o dos lances acrobaticos para quedar vestido como lo mandan los cánones de este deporte, es decir, descalso, por lo tanto con estos lances lo que se pretende es que vuelen havaianas a razón de un par por participante. Cómo en mi caso la presentación se hizo entre dos, volaron para todas direcciones 4 sandalias decorando de forma que podremos catalogar como arte urbano la acera frente al mar en Copacabana.
Lo que sigue es obligatorio en todas las artes marciales; el grito acompañante al ataque: El karate con su “Hii”, cómo ya lo aprendimos hace unos meses, los shedis argentinos gritan “chupame las bolas”, pues el capoeira full contact exige un “porra”, gritado con sentimiento, aunque con una fonetica chambona sonará como un pogha! El significado literal de esta palabra es semen, aunque no nos pondremos a divagar el porqué esta palabra adquirió un significado figurado para insultar o lanzar patadas de capoeira, ya que tendríamos que relacionarlos y explicar el uso del ostia español, nuestra tan utilizada enfermedad venerea o el increiblemente estraño tabarnac quebequois, que obliga a quien recibe tan cariñosa palabra, a realizar increibles esfuerzos para sentirse ofendido; así que dejaremos a Porra como un canto de guerra y no se hablará más del tema.
Lo que sigue es, mediante el uso todas las extremidades sin ningún ritmo o técnica aparente empujar al contrincante al suelo mientras se gritan incomprensibles palabras portuguesas acompañadas del “porra”; amenazar a quien esta en el suelo con molerlo a patadas para luego de manera inexplicable tratar de arrancar las piedritas que componen la acera. Mientras esto pasa, en un extraño código de conducta deportiva, quien está en el suelo se debe quedar sentado esperando a que su contrincante logre sacarlas y ya en este punto, como parte de la ceremonia, el vencedor debe estirar su brazo armado de piedritas a modo de amenza, mientras grita y brinca de un lado a otro como loco y el sometido grita incomprensibles palabras acomapañadas cómo no, por el consabido “porra”. Es en este punto que deben intervenir los espectadores, ya que al igual que el capoeira de exibicion que necesita los rítmicos aplausos, en este caso el público debe gritar “Carajo” (lease en fonetica chambona, “carallo”) y acto seguido salir corriendo como alma que lleva el diablo o quedarse gritando dependiendo de su apariencia física.
Es pertinente hacer entonces una descripción de los participantes y espectadores de este magno evento: Los combatientes son algún pescador salido de una novela de Jorge Amado, lo llamaremos, Quincas Berro. Su contrincante es un brasileño promedio de esos que se encuentra uno por la calle al que llamaremos Thiago, ambos vestidos de shorts y camiseta y las bien obligatorias havaianas. Los espectadores son tres: un brasileño promedio y mas bien flaquito, otro brasileño que entraría en el perfil de abusador de anabólicos, malteadas nutritivas y un exceso de gimnacio bastante evidente y un colombiano, tambien flaquito; todos vestidos de camiseta, shorts y havaianas, menos uno, el colombiano, que hereticamente calza unas chanclas con reata (pecado ya corregido mediante una transacción mercantil). La ubicación de la arena de batalla es la ya mencionada acera de Copacabana. Quincas está en pie con sus piedritas, Thiago está en el suelo, el espectador promedio grita carajo, acompañado de porras y algún discurso en que se entrevé por el moviemiento de sus manos que ya ha declarado el ganador por puntos y que no es necesario proceder al knockout, mister anabólicos procede a correr despavorido y el colombiano asiste como espectador mudo y fotografo virtual, ya que ante la falta de cámara fotográfica en sus manos cuenta con memoria fotografica para poder despues describirles a ustedes una nueva arte marcial.
Una vez terminada la batalla y elegido ganador, se procede a la ceremonia de clausura, en la que cada combatiente debe ir a diferentes puntos de la calle y acera a recoger sus sandalias y seguir con su vida aunque ambos con cara de pocos amigos. Espectador flaco sigue para donde estaba llendo, espectador colombiano sigue con su paseo turístico con una sonrrisa en la cara, mientras que, dos cuadras mas lejos, anabólicos sigue corriendo para encontrarse con su novio/novia para que le ayude a pasar ese susto tan berraco!
Diccionario
Porra (lease Pogha): Semen (literal), aditivo para insultar, exclamativo de sorpresa (figurado)
Carajo (lease Carallo): Carajo
Copacabana: No es ni la famosa región boliviana a las orillas del increible lago titicaca, ni el municipio antioqueño a las orillas de rio medellín, nooo, es la playa y barrio de Rio de Janeiro!
Se podran entonces imaginar que el motoneto estuvo en tierras cariocas y aprovechará este blog para contarselos; pero ya que el computador está en este momento en un episodio de berrinche infantil, y al parecer se necesitará mucha paciencia, tacto y hasta depronto un técnico, aprovecho la ocasión para darles una pruebita de la ciudad con mi memoria fotografíca mientras trato de sacar las imagenes del pc tomadas con mi cámara fotografica!
Asi que, stay tuned que proximamente vendrá en exclusiva para la Bitacora del motoneto Rio de Janeiro con sus barrios y Ilha Grande con Abraao.

Notícula: Es en estos momentos que me pregunto si me tocará volver al altiplano peruano y a chile a buscar alguna muestra de artes marciales locales. Sería bastante divertido!