rovinj – Bitácora del Motoneto

Volvemos al mar y vuelve la arquitectura veneciana, esta vez con toda razón, Rovinj, Rovigno en italiano está bastante cerca de Venezia y en épocas de dominio de esta ciudad estado, Istria, la península donde Rovinj se encuentra, parte de sus territorios era.

Antes de todo, fue un territorio ilirio, aunque si preguntan a un albanés, ellos y solo ellos eran los ilirios, pero hacer un poquito de honor a la verdad, los primeros habitantes de toda la costa dálmata e Istria fueron tribus ilirias; obviamente rapidito se convirtieron en romanos una vez el imperio reunificó toda la bota italiana. Al colapso del imperio y una vez pasados unos doscientos años de conquistas y reconquistas, Istria pasó a ser el límite entre los griegos y lo que alguna vez fueron latinos, así pues, el imperio bizantino terminaba en esta península estando rodeada de bárbaros, en Italia los Ostrogodos, al norte, las tribus germanas Lombardas y Bávaras, y por último, en las montañas, los croatas, eslovenos y serbios. Más tarde cuando Carlo Magno logró reunificar el reino franco esta península pasó a ser parte de este reino y de los que resultaron, una vez los hijos de este, decidieron seguir un gran numero de generaciones atacándose, Istria hizo parte de estos bajo el feudalismo y las decenas de reyezuelos que cada tanto aparecían. Por fin, Venezia se separa de los Bizantinos y controla la zona durante unos 500 años. Rovinj para esa época era una isla, muy cerca del continente pero isla a fin de cuentas.

Pasa Venezia, llega Napoleón, cae Napoleón, y la península se vuelve austriaca, quienes juntan la isla con el continente en el cruce de 8 o 9 calles que se ven en los panorámicos adjuntos. Lo gracioso del caso es que casi toda la población es italiana, pero los austriacos ningún esfuerzo hicieron por germanizar a las culturas que dominaban, así, un día pasó por estos lados la primera guerra mundial y el imperio austrohúngaro desapareció de la faz de la tierra e Istria paso a ser parte de su verdadero propietario, Italia. Para ese entonces Italia lo tomó como un premio de consolación, pues sus verdaderas intenciones (y para eso entró a la guerra) era quedarse con la costa dálmata, pero como ya lo habíamos dicho, los croatas, eslovenos y serbios, ante la perspectiva de ser absorbidos por Italia, se unieron y crearon el primer reino de Yugoslavia, dejando a los italianos con miles de muertos, sin premio y comiéndose los mocos.

Pasa la segunda guerra mundial e Italia sigue con sus mismas pretensiones, lastimosamente para las aspiraciones italianas, este país se encuentra entre los perdedores y adivinen que provincia perdió? Si adivinaron, Istria! Istria entró como croata a la alianza yugoslava que para tristeza de sus habitantes era comunista, así, los italianos se fueron y bajo un fuerte cambio demográfico Istria con Rovinj incluido se convirtió en croata. Los italianos se fueron para Trieste que de hecho tenía mas eslovenos que su capital Ljubljana. Los eslovenos en este periodo de guerras sufrieron bastante pues los italianos querían limpiar la zona de ellos y volverla italiana y los yugoslavos desconfiaban de ellos, es así como, después de la segunda guerra, a modo de consolación, les quedó una franja entre dos ríos que separan Trieste de la península de Istria.

Ahora quienes habitan Rovinj e Istria son croatas que bien parecen mas italianos que croatas; hablan impronunciables palabras en hrvatska, rematando sus frases con sonoros mamma mias, ecco las y demás muletillas italianas, todo a los gritos y manoteando. La comida aunque italiana debería ser, es bastante mediocre, raro al ser este, justamente este, el punto de encuentro de las culturas italiana, croata, austriaca y eslovena, podrían bien tener una pizza con salchicha vienesa y gulash o algo así, pero no, solo sosos pescados, horribles risottos y mediocres pizzas.

Rovinj, es pequeña, la parte principal a recorrer es justamente la calle sobre el relleno que alguna vez juntó la isla con el continente. Esta calle junta la plaza principal con un muellecito al otro lado. Todas la callejuelas que de esta calle salen, para arriba o para los lados valen la pena recorrerlas. Si por si acaso se va hacia arriba del montecito que corona la isla, se encontrará una iglesia con torre cuadrada como todas las imitaciones de San Marcos en Venezia.

Detalle de la bahia norte