Las lagunas llanganuco podrán esperar a que yo vuelva a Perú, porque no hay cuando que hoy me volviera a hacer una caminada de estas, más sabiendo que la trocha para llegar a ellas es aún más larga que la de la Parón (lo que no se, ni sabré es si las condiciones son mejores o peores).
Para los dolores, otra vez dolex y la pastilla para la gripa, porque que no dejo que me dé, no dejo.
Lo primero por la mañana fue echarle una miradita a la bws, que después del abuso de ayer, debería estar mal. No le encontré nada; solo el filtro de aire estaba vuelto nada, pero en la Toyota que está al frente del hostal me le echaron aire comprimido y quedó mejor, como para forzarlo hasta buenos aires.
Lo segundo fue hacer un tour turístico por el pueblo; en menos de una hora estaba de vuelta en el hostal.
Aproveche para comprar un shampoo, ya que en Máncora lo había dejado (acordarse de que me levante tarde) y esta pérdida me tenía tristísimo; primero porque hoy se me acababan las bolsitas con shampoo que tenía y segundo, porque el tarrito donde venía era del tamaño justo para mi necessaire. Cómo los shampoos no vienen en tamaños como el que yo necesito, tuve que comprar uno pequeño y un tarrito con algún producto que fuera del tamaño que estaba buscando. Resultó ser un tarro de esencia de vainilla, que fue vaciado inmediatamente, lavado y reenvasado con shampoo. Es seguro que en el Perú no habrá nadie que olerá tanto a vainilla como yo. No hubo manera de quitarle tanto olor.
El resto del dia, a dormir, a pasar dolores y a reservar el hotel de Lima.
Huaraz con nevados que en un día bonito se deben ver bastante bien.
Catedral de Huaraz que cuando la terminen será... feeeeaaaa.
Increible edificio en parque de zona rosa
Boulevard comercial