La cosa empezó temprano, como debía ser, no crean que me iba a quedar en el motel mucho tiempo.
Lo que seguí de Sergipe no valía ni la foto; la misma pobreza, las mismas fazendas sin vacas, sin hierbas y sin mucho futuro.
En el límite entre sergipe y alagoas (el próximo estado) decidí hacer algo que no hacía hace mucho… cambiar aceite. El de motor se había cambiado en Rio así que estaba bien cambiarlo por estos lados, pero… el de transmisión se cambió por última vez en Buenos Aires, hace algunos mesecitos, a juzgar por el resultado, es posible que ya estuviera bastante pasadito.
Aceite negro es el del motor, el gris, el de la transmisión, tanto gris no deja a cualquiera tranquilo, pero como el que nada ve, nada siente, ignoraremos la transmisión y no la miraremos para no preocuparnos.
Alagoas empieza pobre y con pueblos polvorientos bastante poco acogedores, pero una vez se acerca uno a Maceió aparece un cultivo gigantesco, de kilómetros y kilómetros de caña de azucar, solo eso y nada mas que eso. Al parecer la economía del lugar depende de eso, o simplemente es un hacendado con mucha, pero mucha plata.
Reflejito en el casco
Depronto, ohh sorpresa, se llegó a Maceió pasando por la playa frances y como se podrán dar cuenta es un mini paraíso.
La ciudad no tiene pretensiones, es pequeña, calmada, con un mar azul y verde que hace un rato no se veía.
praia de pajuçara (pashuzara)
Praia de ponta verde
Por alguna extraña razón la gente en maceió adora los edificios negros; al principio pensé que eran los residuos de los ochenta, pero la verdad es que son nuevecitos
Calle en maceió
Faro desde ponta verde
Ciclovía, avenida y playa
Buena vista de la ciudad
Avenida Kennedy
Mas vista de la ciudad
Ciclovía
Maceió
Calles de la ciudad
Praia dos sete coqueiros, aunque son mas de sete
Barquitos donde la gente se monta, va a los arrecifes a caretear y vuelve llena de skol
Mas barquitos
Vista de los sete coqueiros
Y sigue con los barquitos
Y sigue…
En la praia dos sete coqueiros