Día 265 Lebrija – El cruce de Puerto Parra

Deber cumplido!? Eso de cantar victoria antes de llegar como que no funciona, pasó lo que tenía que pasar: la moto no quería llegar!
Haciendo un poquito de historia, ella, la moto aun sin nombre, ahora, por el momento del viaje, casi el final, ya seguro sin bautizo futuro, dejó de funcionar bien desde hace bastante tiempo. Ya desde el amazonas, prender era cosa de un cuarto de hora; en tierras venezolanas, subió a media hora incluyendo de vez en cuando desbaratada de plásticos para safar bujía y secarla (nunca se supo si estaba inundada o no, pero cómo cuando la sacaba y volvía a poner funcionaba, pues esa operación se hacía con el resultado del posible funcionamiento de la moto. En colombia, estando en cucuta, se hizo una visita a un mecánico al lado del hotel donde se cambió aceite de motor y transmisión. La transmisión por alguna razon por ahora ignaorada, estaba sin nada de aceite; según el mecánico, que parecía con bastante experiencia, la moto tenía el clutch volante malo (se acuerdan que en buenos aires, la primera vez que se llegó, ya se había dicho que había un resorte que había perdido su memmoria y constante K?, pues bien, ahora el alzaimer la consumió del todo), los dados o conos que hacen que la banda recien cambiada modifique la relación y por consiguiente los cambio automaáticos, estaban gastados y necesitaban un cambio; también los engranages que componen el reductor o la transmisión propiamente dicha estaba de cambio, ya que lo más seguro es que se hizo todo venezuela a 40º de temperatura sin aceite. A la pregunta, se puede llegar a medellín sin cambiar ninguna pieza; la respuesta fue afirmativa, aunque si era mejor cambiar por lo menos el resorte del clutch y con eso llegar. Se hizo y a las 12 salimos para lebrija.
En Lebrija prender la moto tomó una hora; una vez hecha toda la lucha y la moto funcionando, se salió rumbo a medellín y terminar lo que sería el último día de viaje.
Todo iba bien hasta que en el magdalena medio, donde después de la entrada a puerto parra la moto perdió potencia, se apagó y nunca quiso volver a prender. Que hacer? Checklist, ni una posibilidad que no fuera llegar donde algun ser humano que me pudiera ayudar. Se arrastró la moto durante un kilometro donde se encontró un vivero con personas poco dispuestas a ayudar, se dejó la moto allí y se trató de que algún camión parara; cero ayuda, ninguna almita caritativa para ayudar, una hora después pasó un bus que me llevó al peaje donde según los del vivero podría encontrar un mecánico y si, se encontró; el problema era que la moto estaba un poquito lejos, así que tocó pagar a un mototaxi que me llevara 10km en dirección a puerto berrio para recoger la moto y volver al peaje jalado por él. Así se hizo y así se llegó; rápido se desbarató el carburado y resultó estar en perfectas condiciones; la bujía estaba buena (esa ya la había revizado y0) entonces despues de varias horas peleando con la moto, el mecánico decidió aceptar que no sabía y se fue a llamar al mago de la bigüis que dos horas después apareció. Un segundo después, metió la mano por el huequito de la bujía y sentenció… la valvula!
Se desbarata media moto para desbaratar medio motor y con valvula quebrada en mano, se supo que la cosa iba estar complicada. Varias gestiones por las tiendas del caserio resultaron en la situación que se quería evitar a toda costa: dormir en ese infierno.
La valvula se mandó a comprar a barrancabermeja y llegará mañana. Mientras tanto, y meintras todo esto pasó, la labor del motoneto radicó en evitar moverse aunque fuera un milimetro, el calor es insoportable y moverse implica sudar en cantidades ya olvidadas.

Super cuarto donde se terminó durmiendo

Sudando en cantidades navegables

El banco donde el motoneto estuvo sentado por lo menos unas 20 horas