Phong Nha

Phong Nha
— ¡Yo quiero conocer el mar muerto! —, dice un señor.

Y, cuando se murió, se lo llevaron para Santa Marta.

Ahh que chistazo! Bueno, yo sé que el humor ha tenido mejores días, pero que le vamos a hacer. Para no ocuparnos en disertaciones sobre qué es divertido y que no, más bien entramos al tema que nos compete y comenzamos..

El mar muerto entra a este blog, no porque el motoneto se haya teletransportado de repente hacia Israel, sino por la sencilla razón, que el mar más famoso del mundo, en el que la gente flota por lo salado, le ha salido una competencia brava: la dark cave. No me sé el nombre en vietnamita, solo el inglés y aunque todos sabemos que toda cave es dark, no nos entretendemos con el redundante nombre, así lo sea. Lo que importa aquí es que al final de la dark cave hay un lago de lodo. Lo bacano de ese lago subterraneo es que uno se puede sentar, hacer posicion de loto, acostarse; en fin, flota uno mucho más que en esos cuerpos de agua super salados… es obvio, la densidad del lodo no lo deja a uno hundir; es tanta la tendencia de reflotarlo a uno, que el verdadero problema es pararse.

Para entrar a la cueva hay que llegar a la otra orilla de un rio en canopy y después nadar. Para salir, se debe remar en un kayak aguas arriba. Algo que no es un problema porque este rio tiene la misma corriente que el río preguiza en os lenzois maranhenses, es decir, casi nula.

Pasada la cueva que se ufana de ser oscura, paso a otra que tiene el honorífico nombre de Paraíso. Para acceder a ella se debe caminar un kilómetro y después, subir medio. El motoneto, o sea, yo, no pudo caminar sino que se vio obligado a correr, correr como bien podía, es decir, disimulado, para ganarle a la chinamenta que se venía. 
Tieeempo para un paréntesis: Los vietnamitas y los chinos tienen un defecto: les gustan los tours masivos; si el grupo no tiene por lo menos 50 personas ya no les pega. Tampoco son muy dados respetar una fila, mucho menos una taquilla. Así, despues de pelear por mi puesto casi que a codazos para comprar el tiquete de la cueva paraíso, me vi en la obligación de volar por el sendero y subir la montaña cual atleta, para ganarle a los tours de chinos y vietnamitas que se me adelantaban por el sendero en carros de golf. Yo, en cambio, los dejaba botados, una vez descendidos, en la subida del sendero pues ellos de ejercicio… pocón, pocón.

En fin, la paraíso es una cueva de unos 3.5 kilómetros de longitud. Uno (y los chinos) anda el primer kilómetro que tiene senderitos de madera y luces. Si se paga una cifra bastante alta se puede caminar, o arrastrasrse, o nadar la distancia siguiente pero eso toma bastante tiempo y yo no estaba para esos trajines pues en mi unico día completo en Phong Nha todavía me faltaba ir hacia un caserío indígena en la frontera con Laos. De la paraiso creo que le quedan pocos años así de bonita, eso sí, en decoración, digo yo, la desmejoran bastante poniendole luces de diferentes colores en las estalactitas y en las diferentes superficies con la intencion que se vea mas titina, y que los asiaticos, amantes sin salvacion de los selfies, puedan tomarselos con el fondo bien iluminado. Triste es que los visitantes tambien fuman en su interior y que tocan todo sin consideracion… que le vamos a hacer; es su país, pueden hacer lo que les venga en gana.
Pasada la segunda cueva, sigue la carretera. Por las montañas de uno de los parques mas bonitos que haya hasta ahora visto segui con rumbo laos porque me habian dicho que el camino valia la pena. Es cierto. Antes de llegar al cacerio me devolvi porque tambien sabia que no me iban a dejar entrar.

 

Carretera hacia Phong Nha
  
La Paraiso… No hay fotos de la Dark porque es dark
  
Ruta hacia Laos