Salí en la moto para Hoi An, solo queda a 30 kilómetros. En un momento dado este iba a ser mi verdadero destino pero decidí quedarme en Da Nang porque encontré un hostal lo más de bueno y, dada la distancia, podía visitar Hoi An en un tour de un día sin muchos traumatismos. Me quedé en este pueblo todo el día. El lugar es algo como colonia del sacramento, en uruguay. Es un pueblito volcado unicamente para el turismo y es el unico sitio (hasta ahora) que cobran para entrar a los templos. Además de estar rodeado de vendedores ofreciendo de todo. Hasta ahora no me había tocado este tipo de acoso.. digo acoso pero no es incomodo, solamente antes no me ofrecian cosas con ahinco y ahora sí.
Es un lugar bonito y fotogénico, pero que se puede hacer en un día. A los turistas les encanta porque la vida nocturna es buena y como gracia, en el centro historico a las 3 de la tarde ya no permiten motos, así que el silencio reina pues no se oyen los pitidos caracteristicos de todo vietnam. Eso si, tampoco es que se pueda caminar con absoluta libertad porque los rickshaw que vienen cargados de turistas chinos no paran de pasar y como en vietnam la via la tiene el mas grande, se vuelve un poco cansón cuando estas caravanas pasan. Si vale mucho la pena venir a este lugar, la comida es buena, la ciudad es bonita y se pasa un buen rato. Almorzando, me sente a conversar con un jubilado quebequois que mas o menos me conto todo sobre la industria maderera para la cual trabajaba y como los chinos siempre le cumplian con los containers y los brasileños no, o bueno, si le cumplian ero siempre llegaba su conteiner con cocaina así que la historia versaba sobre sus problemas para recuperar la carga.
El camino de Hoi An hacia Da Nang lo hice por la playa, muy bonito. Pase por un templo bastante bacano amarrado a una montaña pero no pare, ya estaba anocheciendo y como sabrán, el motoneto de noche no ve ni forro y como en vietnam si hay que ver cuando se conduce, preferí volver al calor de hostal.