Día 131 Ushuaia – Rio Grande

Me debí haber preocupado… nunca revisé que la llanta hubiera quedado bien arreglada.
Salí tarde porque la jornada era corta. El frío, ni se lo imaginan; toda la ropa posible puesta y aún así me congelé, para colmos llovió bastante.
Cuando el viento empezó a hacer de las suyas y la moto se empezó a mover realmente extraño se hizo una parada para ver que pasaba, para notar inmediatamente que la llanta estaba en el suelo otra vez… como ya no tenía pipeticas, usé el latex de motul para inflar y teoricamente sellar los huecos; empezó a salir espuma por el punto de la llanta donde obviamente está el hueco y seguí con la llanta a medio inflar hasta mi destino. En vez de buscar hostal, busqué gomerias; pero como siempre pasa, los problemas mecánicos o graves caen los domingos en un país donde es sacrilegio trabajar en día tan importante. La única abierta resultó ser atendida por unos perezosos que me invitaron a desarmar la moto y cuando esto estuviese hecho, ellos con mucho gusto parchaban la llanta; cómo el malhumorado de ushuaia apretó los tornillos como si fuese la última vez que debían ser apretados me fui sin decir palabra ya que por mi evidente falta de fuerza (unos lindos tornillos y platinas en ambas manos me lo impiden) es imposible para mi zafar esos tornillos.
La busqueda de hostal fue dificilisima y horriblemente fría y mojada, todos con unos costos increiblemente altos para el sitio donde me encuentro pero al final se encontró algo parecido a la vencindad del chavo con verde clínica de lo más deprimente.
mañana temprano se hace otra vez tour buscando gomero y si todo falla pues tocará aprender a poner las mechas que tengo; igual tengo esperanza que el latex de ese spray funcione.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *