Día 8 Cuenca Hotel 1 – Cuenca Hotel 2

Ya se imaginarán ustedes la felicidad de despertarse en una cama doble reluciente, después de haber visto películas en uno de los 300 canales que tenía el televisor y ver por la ventana un cielo azul que no tenía nada que ver con el del día anterior. Con buen estado de ánimo salí a buscar hostal y turistear al mismo tiempo por todo Cuenca. Las razones para cambiar de hotel son las siguientes: necesitaba uno más barato, que quedara más cerca del centro histórico y además que tuviera gringos. Cuando digo gringos, me refiero al término que utilizan los ecuatorianos para señalar a cualquier persona que no hable español exceptuando a los españoles (a esos también los tumban), los busco porque tengo con quien hablar o salir, ya que después de esos trayectos uno está como un recién liberado: con muchas ganas de hablar.

Haciendo un paréntesis rápido les cuento que gracias a esos gringos, mi ya olvidado inglés está fluyendo otra vez y mi francés se está recuperando después de tanto desuso. (mi dispiace livio, gli italiani sembrano che non li piaciono l’ecuatore, non ho visto nessuno)

Cuenca tiene muchos edificios viejos para ver, su centro es relativamente pequeño, lo que lo hace fácil de turistear, así que mientras buscaba el hostal turisteaba. Encontré uno que me pareció bueno y que además me dejaba parquear la moto dentro, lo pagué y seguí con mi marcha a través del centro cuando me encontré con un turibus. Como nunca me han parecido entretenidos, pero estoy de paseo, le dí una oportunidad y me monté. Básicamente hizo el mismo recorrido que yo ya había hecho, con la única diferencia es que este recorrido venía amenizado por narración en español de lo que se veía, narración en un incomprensible inglés de lo que ya había pasado dos cuadras atrás y música folclórica inaguantable cuando el guía no tenía nada que decir.

El segundo piso del turibus pasa peligrosamente cerca a los cables de alto voltaje, pero como nota graciosa, el mensaje en inglés suplicando tener cuidado con los cables (idioma que entienden el 99% de los que se encuentran en el techo) llegaba una cuadra después!

Del centro subimos a un parque donde se tiene la mejor panorámica de la ciudad y que además tiene como máximo atractivo a un lobo que se para en un alero a ladrar.

Como el recorrido se demoró mucho me tocó correr a recoger mi ropa (si, la que había dejado en la lavandería), con tan mala suerte que no estaba lista; así que metí lo poco que tenía en el hotel dentro de las alforjas y me fui a mi nuevo hostal. Llegué justo cuando empezó a llover (y todavía no ha escampado). El resto del tiempo me lo gasté tratando de ver porque el GPS estaba jodiendo tanto (el tiempo utilizado en la frase delata que ya lo reparé) y me entretuve con las enemil fotos que tomé por la mañana. Lo que tenía el GPS no era culpa de él; era culpa mía que no le hice caso a Mario, el del taller Africa que me hizo el bypass entre la batería y el aparato.; cuando me lo entregó muy clarito me dijo: “ojo cuide esta terminal del agua y de la arena, que son los mayores enemigos de… bla bla bla” Como yo no lo hice, se estaba sulfatando e impidiendo el contacto entre los diferentes conectores que tiene por dentro.

A las 4 salí por mi ropa atravesando todo el centro bajo la lluvia, la recogí me tomé un tinto y para el hostal.

El resto del tiempo se pasó tratando de volver a empacar las alforjas dentro de mi nueva adquisición para evitar que se mojen si hay lluvia: aditamento utilisimo en cualquier maleta y fácil de conseguir en todos los países del mundo, una bolsa de basura!

el resto del tiempo se fue reservando el hostal de Mancora. Decidí que como no tengo ni idea si en esta frontera me van a joder la vida, más bien reservo el hostal desde ya (así sea más caro y no sepa bien la ubicación) que quedarme dando vueltas por la noche en una ciudad que no conozco. Mañana les cuento como me va.

Ahh y para los que me pidieron que diera la marca del GPS y de los guantes para cagarmelos, les digo que el GPS no es el problema y la marca de guantes, que si están dañándose es: Held, son alemanes.

Yo en el centro de Cuenca

Catedral de Cuenca (dedicada a alguna virgen) que no sé como se llama

Venta de leche en la calle (si no estoy mal la ordeñan derechito para el vaso del cliente

2 thoughts on “Día 8 Cuenca Hotel 1 – Cuenca Hotel 2

  1. Lucioooo los guantes que te compramos en Alemania, y con todo lo que costaron!!
    Espero que soluciones ese problemita! Un abrazo

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