Efectos del coronavirus y el confinamiento

Basilea completamente vacía... y eso que no hay cuarentena!
Basilea completamente vacía… y eso que no hay cuarentena!

No les puedo narrar nada sobre la cuarentena por estos lares, porque aunque hace como diez días dije que esta era inevitable, pues resultó que me equivoqué y de eso por aquí no va haber. Puede uno salir afuera sin problemas; la cosa es que hay poco para hacer: los comercios en general están cerrados así que aparte de una paseadita o hacer deporte, más no se puede hacer. Por lo tanto, con cuarentena o sin cuarentena, bastante tiempo se pasa en reclusión hogareña. Dicen que la temporada de confinamiento obligatorio debe ser usada para cosas productivas ya que el tiempo es lo que sobra dentro de cuatro paredes. Yo mismo lo había declarado: mejorar el alemán, el sixpack y pimpear el blog. Saben que he hecho? Nada! Mientras más tiempo paso en el sofá menos ganas me dan de hacer algo. Entre netflix y la pereza infinita que se acumula día a día, mis planes parecen utópicos y para ser sincero, no me importa; no todo en esta vida tiene que ser productivo. Es más, ya que uno rara vez descansa pues a lo mejor es mas provechoso utilizar el tiempo cuarentenario para descansar y dormir de verdad verdad… en algún momento la cama va picar y es justo en ese momento donde el tedio hará que algo provechoso salga de la cuarentena y si acaso no hlo hace, pues bien, no importa, descansados por lo menos estaremos.

Como funciona la cuarentena Suiza: pasear si, hacer picnic no
Como funciona la cuarentena Suiza: pasear si, hacer picnic no

Después de tamaña filosofía digna de tratados y seminarios, cambio de tema y les cuento como va por aquí la cosa.



Lenny

El zoológico de Basilea, Zolli, tiene muchos arboles y construcciones altas donde las cigüeñas construyen sus nidos. Estos nidos son bastante grandes porque los pájaros que los arman también lo son. Cada primavera vuelven a la ciudad para tener a sus polluelos y en otoño, antes del frío invernal, migran hacia tierras más cálidas, básicamente África. Como siempre son los mismos pájaros que van y vienen, ya les tienen nombre. De estos el más famoso de todos es Lenny. No se sorprenderán si les digo que al Lenny lo tienen marcado y que de algún modo le implantaron un GPS y hasta hay una página de internet donde la gente puede ver con coordenadas exactas donde se encuentra. Lenny cada primavera, religioso, volvió al zoológico hasta que este año, no. Los basileos, preocupados, vieron en los periódicos, en los noticieros y en el transporte público (todo es cierto) que Lenny podría haber tenido algún accidente en España. A Lenny le encantaba un basurero en las cercanías de Sevilla, eso lo sabían desde hace mucho, por lo tanto mandaron una misión al país iberico para averiguar por el paradero de amado Lenny. Fueron unos diez días de agonía hasta que llegó la triste noticia: entre los restos de un pájaro, posiblemente cigüeña, la misión española encargada desde suiza encontró el GPS. Fue así que al comienzo de la pandemia, justo cuando comenzaba la coronoia, en los periódicos, en los buses, en los tranvías y en los noticieros informaron a la población el triste deceso.

Lenny y su pareja (no me le sé el nombre) en su nido en el Basler Zolli
Lenny y su pareja (no me le sé el nombre) en su nido en el Basler Zolli
El último vuelo de Lenny
El último vuelo de Lenny

En cuarentena permanente y aburridos

Los mismos periódicos cuentan que en el mismo Basler Zolli, el zoológico de Basilea, han encontrado un efecto bastante curioso por cuenta del coronavirus: los gorilas están aburridos. Bien aburridos! Bueno, no solo los gorilas, también los chimpancés, o mejor dicho, lo que en alemán llaman Menschenaffen, los grandes simios. Resulta que los humanos desde el otro lado de la ventana los entretenían de lo lindo y ahora que no están, los pobres simios están con el tedio a flor de piel. Para entretenerse, a los pobres les ha tocado aprender nuevos juegos; todos ellos muy bien registrados por algún estudioso suizo.
También los animales acostumbrados a que los acariciaran como los ponys y cabras se encuentran también un poco perdidos con la nueva situación; tanto, que los trabajadores del zoológico deben repartir caricias por aquí y allá para compensar el amor perdido que de tantos niños estos animales recibieron.

orilas en Basel, aburridos de lo lindo.
Gorilas en Basel, aburridos de lo lindo.

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