Como por acá es invierno, no hay nada mejor para pasar el tiempo que ir a las montañas y hacer ski, snowboarding o algo así por el estilo. El problema para el autor de este blog, es que ya con historias de fracturas por culpa de la nieve en su hoja de vida, lo mejor que puede hacer para evitar dejar más huesos desperdigados por aquí y por allá, es tomar el deporte menos riesgoso posible: el schlitteln (sledge en inglés). Básicamente es un trineito de madera o aluminio que se maneja con el culo, haciendo contrapesos invertidos. Se pueden lograr buenas velocidades y es muy divertido, pero, si acaso el trineista olvida voltear en alguna curva, siempre habrá un buen abismo con arboles abajo que quiebre sus huesos para recordarle que todo lo que liza en hielo y nieve va rápido y que el resultado de esa feliz velocidad cuando algún objeto solido le impide el paso, son huesos, ambulancia, yeso y una linda fisioterapia. (Ya medido todo con strava, la velocidad máxima que saqué sin mucho esfuerzo fue de 46kmh) Una pista peligrosa ya realizada con el schlitteln fue Darlux
Trineo, schlitteln, sledge
En fin, como nada de eso pasó, volvamos a Grindelwald y les cuento como es el maní:
Grindelwald es un pueblito que vive de su paisaje, es muy lindo, y del turismo de ski, es famoso. Queda en un cañón detrás de Interlaken y desde allí se puede subir en un tren al Jungfraujoch. Jungfraujoch, el paso de la virgen, es la estación de tren más alta de europa y desde allí se puede ver el Alteschgletscher desde la perspective de su nacimiento! El pueblo está lleno de turistas chinos con mucha plata comprando relojes y bolsos de precios ridículos y las montañas están llenas de esquiadores.
Grindelwald
Malos esquiadores
Interlaken
Calles de Interlaken
Lamentablemente no está haciendo casi frío, unos 4 grados mas o menos, lo que ha hecho que la nieve por los lados de Grindelwald se descongele. Arriba, en la montañas, esas si con -10 grados, el clima no es el más apropiado, medio nublado y mucho viento. El primer día de schlitteln, después de la felicidad de bajar desde Alpiglen – más arriba estaba cerrado por mal tiempo –, nos agarró por la tarde un ventarrón durísimo que forzó el cierre de los pocos trenes que aún estaban abiertos y, bajo un vendaval que con el golpe de la nieve obligaba a la gente a sentarse y darle la espalda al viento, y quienes aún estábamos arriba nos tocó bajar como bien pudimos con nuestros trineitos hasta Grindelwald.
El ventarrón que baja de la montaña (cómo acá todo está bien medido, vientos de 115km)
Con mejor clima – después el clima mejoró – en esta zona se puede subir a un morro llamado Faulhorn y desde allí tirarse por la pista de schlitteln más larga del mundo 12.5km. El problema es que para llegar al Faulhorn hay que caminar desde First unas dos horas y media montaña arriba arrastrando el trineo. El camino es muy lindo pero muy pendiente, así que la procesion de aventureros es más bien escasa y como todo el paseo toma tanto tiempo hay que hacerlo de último en el día porque no baja hacia el lado de la montaña que tiene los lift sino hacia Grindelwald por el otro lado, pero, – he aquí el gran pero – como el clima es tan cálido no hay nieve suficiente hasta Grindelwald, así que a quienes osan hacer esta pista al final la adrenalina se les pasa porque hay que caminar un montón cargando al hombro el trineo para llegar a la ciudad.
First
Perfil de strava de la pista mas larga del mundo en schiletteln (notar que son 12.5km pero como la última parte estaba descongelada, solo se pudieron hacer 8km)
Adi´s Ski Bar
First
Eiger und Jungfrau
Camino a Faulhorn
Camino a Faulhorn
Faulhorn
Paisaje de bajada
Bussalp, donde ya no hay casi nieve