Y se armó la de Troya, así dicen cuando algún problema irresoluble se degenera en una batalla campal, tal como lo de Troya; lanzas van, sangre viene, espadas blanden, órganos al aire salen, en fin, muertes creativas que tanto gustan a los antiguos griegos, los mismos del famosísimo rey de Ítaca, Odiseo, participante en el mierdero troyano, papá de todos lo mierderos futuros que a la memoria vienen y vendrán. Después del creativo método para ingresar a quienes masacraron a la población de la actual ruina turca, Odiseo, uno de los conspiradores, pasó como loco de isla en isla en el mar jónico, tratando de evadir cuanta emboscada, traición, tormenta, peligros y desdichas los graciosos dioses del olimpo le enviaron. Todo empezó cuando dejó ciego al hijo de Poseidón, de ahí en adelante bastantes años de desdichas y trabajo para llegar a su amada Ítaca y su ya bien ajada Penélope.
Nuestro protagonista siguió en el tercer tomo de algún homero imaginario con sus proezas. No es Ilíada, tampoco odisea, es simplemente Ulises y su viaje a las torres de hércules. No imaginarse nada raro por favor, no es al aburridísimo personaje de Joyce en alguno de sus interminables pensamientos. Una torre es Gibraltar y la otra los montes Atlas en marruecos y en la mitad, Ulises, no el de Joyce sino el de homero, Odiseo en uno, Ulises en otro. En fin, por el mar fue y ya una vez en el atlántico, sin mucho mas para hacer, siguió para el norte donde encontró una ensenada en la desembocadura de un río, encontrando el puerto mas ideal posible, allí una ciudad a nombre suyo fundó. Olissipo, algún derivado de Ulises y Odiseo juntos, dos nombres mezclados para un mismo fundador y una misma ciudad. Más tarde en tiempos romanos, Olissipona fue llamada, eso porque los romanos no hablaban griego sino latín y así era que la podían pronunciar. Entran los bárbaros suevos, después los ostrogodos, nada cambia; la ciudad de Ulises sigue siendo Olissipona, hasta que los árabes aquí llegan y se establecen. al-Ushbuna la llaman, cuando son expulsados, los portugueses, el reino gallego que se expande hacia el sur, la llama Lisboa, fonética en portugués de una pronunciación árabe de una palabra latina derivada de un nombre griego que en teoría debe señalar que esa, precisamente esa es la ciudad del famosísimo rey de Ítaca, Ulises Odiseo.
La otra teoría dice que simplemente viene de una palabra fenicia, Allis Ubbo… Olissipo, pero a mi me pareció mas entretenido contarles la de Odiseo. No me crean nada, miren mejor las fotos y métanse a los panorámicos.
A Calçada do combro
Una paloma
Corredo en la praça do comercio
Vista del miradouro Portas do sol
La misma vista pero mas corridita a la izquierda
Una rua
El Tajo desde el Castelo de São Jorge
Fachada portuguesa
Olviado edificio en el parque Eduardo VII
Materitas y ceramicas
Un gobierno mas alemán que el alemán, crítica al conservadurismo económico imperante
Detalle del convento de los Jerónimos
Linda japonesita a las puertas del convento
El famosísimo Camões, autor de la epica lusa, Os Luisadas
Vasco da Gama, inspirador del equipo de futbol brasileño
Convento por dentro
Columnas
Comedor del los monjes
Grillogárgola
Feo monumento en Belem
La famosa torre de Belem, no el de Pará, sino el original, bueno, la copia portuguesa del palestino
A Ginjinha, copitas de xerés aportuguesado
Rossio, la estación central
Calçada do carmo