Uno de los mejores sitios de este viaje: el valle de Valbonë y Teth
Los valles de Valbona y Teth son realmente hermosos, lo extraño es que poca gente los disfruta; algo que los hace aún mejores, pues turistas casi no se ven y mientras menos personas hay en un lugar, este es mejor. No gastaré mucho tiempo en la descripción de estos valles, ya que para describir un paisaje lo mejor que se puede hacer es tomar una foto y mostrarla, lo bueno en este caso es que de esas hay bastantes en este blog, además, sin entrar mucho en modo petulante, nunca encontrarán un blog de viajes con panorámicos 360 que les mostrarán estos paisajes de una forma aún mejor que las fotos (que son muy buenas porque las tomé yo), por eso, ahora bajando el ego a alturas terrenales, me propongo describirles el verdadero problema, llegar al Valbona y Teth, pues como verán mas adelante, es un poco complicado haciéndolas casi inalcanzables para el turista promedio, pero bastante fácil para personas un poco mas expertas en viajes.
¿Cuáles son las diferencias entre un turista promedio y uno experto? Para el caso de un valle albanés, la diferencia entre ambos será, en segundo lugar, una cantidad de paciencia inagotable y en primero, el estar en Albania, un turista promedio nunca iría a este país. A la gente le da miedo ir a Albania, tiene tan mala fama como Colombia, allá se verán nidos de metralletas y bunkers por allí y allá, en el país andino no son instalaciones militares, sino soldados en todo lado armados hasta los dientes, eso no es precisamente lo más atractivo del mundo para una persona que está pensando tomarse una piña colada en una terraza bien cómoda. Pero tal como Colombia, Albania tiene una gigantesca fama negativa a cuestas, ésta casi nunca refleja la realidad del terreno, o bueno, si lo hace, pero de una manera tan magnificada que distorsiona la realidad, así pues, lo primero que hay que hacer para llegar a Valbona es perder el miedo de entrar a un país como Albania. Una vez en Albania, lo mas seguro es que se esté en Tirana, su capital, donde uno puede ver que de hecho los albaneses son simpáticos y honestos. Dato muy importante pues será a ellos a quien el interesado tendrá que preguntar como diablos se llega a Valbona. En mi caso rápido fui informado que Valbona no era mi destino; primero debía llegar a Shkodra, en todo el límite con Montenegro, obviamente eso ustedes ya lo saben porque precisamente esa ciudad fue la última entrada de este blog! Una vez en ella el trabajo del motoneto volvió a ser como llegar a Valbona. Fue bastante gratificante saber que el propietario del hostel, Florian, nos cuadraba el transporte hasta el ferri y además nos buscaba un cuarto en algún hospedaje, hotel, albergue o lo que fuera que en el valle hubiera. Solucionados los problemas logísticos, no nos quedaba sino esperar. Para quienes se pregunten porque de pronto el relato pasó de un motoneto a un nosotros, no se preocupen, acá va la explicación: Un chilena, Constanza, estaba en el hostal de Tirana, tenía mas o menos los mismo planes que yo, así que decidimos ir juntos.
Volviendo al relato, la forma más divertida de ir a Valbona es tomando un ferri que va por el lago Koman, para hacer esto le recomiendan a uno despertarse a las 4 am porque a las cinco EN PUNTO vendrá la van a recogernos. Con ojos semicerrados, rojizos y lagañosos la clientela a las 5.15 entra en una van que se dirigirá a 40 kilómetros al norte hacia el lago Koman, justo después de la pared que hace que este lago no sea un lago sino una represa; es ahí donde queda el puerto del ferri. Para hacer esos 40 kilómetros de recorrido la van debe primero ir a un restaurante a tomar café, después, dos kilómetros mas adelante debe parar para… fumar durante unos veinte minuticos. Dos kilómetros mas adelante el chofer para para conversar con algún conocido y un kilómetro después para hacerlo con otro, es que estos pueblos son pequeños y todos se conocen. Mas tarde el chofer hace señas indicándole con señas a los dos extranjeros que se bajen a tomar una foto ¿pero de que? Responden con señas ellos. Señas y palabras que incluyen hidro elektrike nos señalan un murito de dos metros con una Pelton y dos o tres cables de alta tensión que de allí salen. Es una pequeña generadora de energía que aparte de ella, también genera un sentimiento de orgullo en los habitantes de la zona. No está demás decir que hasta que no salimos de la van y tomamos la foto esta no arrancó. Otros dos kilómetros después paramos porque somos obligados a tomar otra foto, a un puente creo y después paramos y unos canadienses fueron metidos en la van, después, mas tarde, somos bajados del vehículo pues nos va a meter en otro. Paramos a fumar. Otra parada por un café. Paramos en otro mirador ya con parte del rio en la foto. Foto comunal, foto individual. ¿vení amigo, nos va a dejar el ferri, no podrías, si no es mucha incomodidad, mover el culo? No se preocupen, los del ferri siempre esperan 15 minuticos mas de la hora. Responde tranquilamente el chofer.
Hemos batido un record. 40 kilómetros en 4 horas! Obviamente no estará demás contar que el humor turístico no es de esos que se podría catalogar como positivo. El ferri sale a las 9 y piquito (solo hay uno al día) y en el están un porcentaje pequeño de turistas extranjeros, bastante notorios por cierto. Otro tanto de turistas Albaneses, casi todos de la capital, personas que conocen mejor Italia que su propio país, maravillados, al igual que los extranjeros, de los campesinos albaneses, estos si, mayoría en el ferri que de tanto en tanto se van bajando en la mitad de unas rocas donde difícilmente podría vivir alguien, y nadie lo hace, casas no se ven, esas están meeeeetros arriba en las rocas donde para quien esto escribe, no son unas rocas donde difícilmente viviera alguien, imposible que lo hicieran, sin embargo lo hacen, son los cristianos que antaño fueron perseguidos por los otomanos y viendo que ni a los turcos mismos se les ocurría que alguien sensato por allá se estableciera, medianamente tranquilos pudieron seguir sus vidas. Hoy, siguen viviendo como hace 300 años, su único contacto con algo llamado civilización es el ferri. Allí pueden conversar con extraños que hablan lenguas extrañas, ninguno los entiende, pero todos son felices. De tímidos no tienen nada, y si la comunicación no es posible, ellos no se rendirán, el turista extranjero tendrá que tener paciencia porque hasta que el hombre no sepa como esta conformada su familia, que hace y donde vive y además transmitir él mismo la misma información, no quedará tranquilo.
El ferri acaba su recorrido en Fierze. Allí hay que negociar el precio del trayecto haciendo con gran esfuerzo que este baje, pues este es un problema de estos valles; quedan tan cerca de Montenegro que lo hemos hecho con el mínimo posible de Leks albaneses pues al pasar la frontera posiblemente pocos cambistas tengan interés en adquirirlos.
La van se dirige a Bajram Curri, se pronuncia bairan turri, es un pueblo sin nada especial entre las montañas, pero una vez bajados todos los pasajeros, ella sigue con los tres turistas que quedamos, yo, la chilena y una belga. Es en este momento que por fin salimos para Valbona, se ven a lo lejos lo picos nevados de estas montañas. Lamentablemente encontramos las vanes de los canadienses que bien adelante deberían estar, una de ellas se ha pinchado y no tienen herramientas, nuestra van por solidaridad albanesa para también, aunque no tenga con que ayudar. Nos debemos quedar una hora en la mitad del camino (mirar primer panorámico de los 360) esperando a que esta solidaridad se termine, si no hay herramientas y ya están acompañados para que esperarlos? A mi francamente los canadienses y su comodidad poco o nada me importa, mañana escalaré o más bien, dado que no se escala sino que se camina; mañana subiré al paso entre Valbona y Teth a pie y, esto lo sé porque con ellos hablé, los canadienses tomarán otra van devuelta porque sus intenciones son estar en Valbona solo un par de horas.
La van después de dejar las otras y andar bastante no nos deja en el albergue, noooo, primero nos presenta un primo (o algo así) y nos lo recomienda para almorzar. Con bastante hambre, no nos quedan muchas opciones que aceptar, así que el merecido descanso en el hostel será unas dos o tres horas mas tarde, creo si no estoy mal, a las 7pm, por ser verano aun es día. Pero no deja de ser ridiculo demorarse un día de transporte para tan pocos kilómetros (80 sin contar el ferri).
La caminada, al día siguiente, hacia el valle de Teth toma unas 7 horas. El valle de Valbona es increíble, de hecho uno se debería quedar mas tiempo en él antes de ir a Teth, o ir y volver al siguiente día, en fin, por una cama de rocas, producto del deshielo de los glaciares empieza el camino. Vamos acompañados de unos caminadores americanos de 70 años, se encargan de humillarnos forzándonos a subir el paso para no rebajar el valor de la juventud de estas generaciones. Una vez se acaba el lecho rocoso empieza el camino a subir por un senderito entre unos bosques, aquí los años demuestran que no vienen en vano y de la simpática pareja, después de despedirnos, nos separamos. Dependiendo del terreno el sendero desaparece y vuelve a aparecer, la forma de buscarlo cuando se evapora así como así, es buscando alguna marquita con pintura (en algunos panorámicos las podrán ver) son pintadas por los guías para no perderse; nosotros nos aprovechamos de esto para hacer el camino por nuestra cuenta sin necesidad de dar muchos rodeos.
El senderito sube hasta unas rocas con lo que queda de nieve del pasado invierno, toda color café pantano por el deshielo, donde estará la parte más difícil, que no lo es, hasta llegar a una cumbre donde se ven ambos valles, el de Valbona y el de Teth.
La bajada a Teth pasa por una praderas en las que en días laborales, debe estar por ahí rescatando de peligros a su familia, Lassie, el perrito que en estos momentos debe tener unos cuarenta años y mas abajito se podría encontrar a Heidi con su cantadito suizo y caminador. Por ser vacaciones no los vimos.
Una vez en Teth nos damos cuenta que no tiene hostal, debemos dormir en una casa de un local que tiene un cuarto para alquilar. El baño queda dentro de su restaurante, posiblemente el único del pueblo, pueblo compuesto por casas separadas unas de otras por muchísima distancia.
Volver a Shkodra desde Teth es otra travesía, esta incluye horas interminables de camioneta montaña arriba, obviamente paradas cada pocos kilómetros para conversar con los conocidos del conductor (siempre son muchos), la obligatoria parada a fumar cada vez que hayan ganas y también para el café. Esta vez estuvimos acompañados por otro americano turista y por un albanés armado que, aunque nos dijo que era un oficial, bastante sospechas daba su pistolota al lado del freno de emergencia, obviamente las personas sensatas no hacen preguntas y preguntas no hicimos.
Estación de ferri Koman
Campesino albanés preparando las maletas para ir a su casa
La represa y las montañas
Personas yendo a sus casas por el único camino posible
El ferri
Panorámico del lago y sus montañas
Valle de Valbona
Restaurante del primo
Montañas a subir
Toma de agua para caminadores deshidratados
Valle de Valbona al fondo
Últimas nieves
Valle de Valbona desde arriba
Valbona a la izquierda y Teth a la derecha, foto tomada desde la cumbre
Arboles y montañas de Teth
Árboles doblados por el peso de la nieve
Heidi, donde estas? iero lero ijíiiiiii
Montañas Teth
Foto postal con casa
Iglesia del pueblo
Casas del pueblo
El pueblo
Valle de Teth