Volví otra vez a la bienal, y esta vez para terminarla. Digno de mensión, un artista cuyo nombre ni me preocupé por saber, decidó adquirir (comprar o convenser, vaya uno a saber) los bolsos o carteras de 8 mujeres de diferentes partes del mundo; y su obra consistía en exhibir lo que ellos contenían, no se imaginan las sorpresas…
Ya estando en esa zona, pues se dió el paseo por Jardim Europeu y Americano, teniendo como diferencia del paulista, que en estos no hay edificios, sino mansiones de dos pisos, con sus obvias murallas anti-todo, en las que hay ricos que viven en ellas y negocios tipo bufetes de avogados y cosas así por el estilo. Los barrios en sí son bonitos, pero las fortificaciones le quitan toda la vida del mundo y lo hacen un poco dificil de ser fotogénico en las fotos, así pues, las fotos son pocas y feas, pero los barrios son bonitos.
Decidió hoy, el dios de la temperatura que sería rico que el motoneto caminara todas esas distancias con sus havaianas a unos deliciosos 43 graditos de temperatura, obligandolo a parar su recorrido turístico y esperar la hora en que iba a recoger la moto, escondido en una lanchería, donde venden salgados, sanduches y X, pero los más importante, cerveja de litro con protector de icopor para que no se caliente!
Se recogió la moto, que resultó con el carburador sucio y la bujía acabada (raro, pues la había cambiado en Buenos Aires antes de salir).
Por la noche me reuní en Casa Verde con José Eduardo Juca y los demás miembros de Highlanders y Brasil Riders, para conversar sobre el viaje y recibir de parte de ellos una colaboración inesperada y bastante apreciada, pues me contactarán con los demás miembros de Brasil Riders en las diferentes ciudades en que vaya, por si tengo problemas mecánicos o de alguna otra índole, tener a quien llamar y pedir ayuda, o en otros casos, con quien tomarme unas cervecitas conversando de motos en alguna playa de Brasil
Me fui temprano, por la amenaza de lluvia inminente (la cual resultó falsa), pero Clovis, de churasquinho Mu, me regaló una botellita de cachaza, que se tomará en algun día especial. Mil gracias a Brasil Riders y al Churasquinho!
Ahh y mil gracias a Floor y Thomas por recibirme en su apto!
Las curvitas de Niemeyer dentro
Un yonosequé dentro de la bienal
Refrescante temperatura para ir entre el poco emanador de calor asfalto y el único barrio de Sao Paulo que no tiene edificios proveedores de sombra!