Phong Nha – Vinh

El día será escrito en tonos oscuros pues hoy vi morir a un hombre, pero primero lo primero… 
Ser motoneto y gustar de la fotografia tiene un problema: la camara que se lleva es grande, vale aclarar, el aparato pesa 2 kilos y es obvio, no cabe en un bolsillo, así pues, toca guardarla en la mochila y, cada vez que se desea tomar una foto, sacarla de nuevo. Eso, en un paisaje conocido, vaya y venga, pero, si acaso el terreno a recorrer es desconocido y, para mayores traumatismos logisticos, extraordinariamente bonito, ahi si se vuelve todo un problema; pues cada foto implica parar la moto, apagarla, bajarse de ella, abrir la mochila, pelear con la camara para sacarla, tomar la foto y volver a hacer el procedimeinto inverso. Logré armarme un sistema más practico y tener mi camara mas a la mano con solo zafar uno de los agarres de la mochila, sin embargo, aunque mas rapido que el primer procedimeinto, esto tambien lleva su tiempo. 

El problema del día radicó en que el parque nacional Phong Nha es realmente bonito. En teoría ya lo había visto, pero como mi destino solo quebada a 220 kilómetros de distancia, procuré tomar una vía alterna para evitarme la aburrida autopista 1 y más bien atravezar las montañas y caer a Vnh, la tierra de Ho Chi Minh, por detrás.

Una montaña linda! Pare la moto, desenchufe el coso de la mochila, pelee con la camara para sacarla. Quedó bonita? Si. Entonces sigamos! Cien metros más tarde, la misma montaña se ve mas bonita. Mierda! Como desaprovechar esa foto! Vuelva pare la moto, saque la camara y tome la foto. Cien metros despues… Esta si es! De nuevo, ante una mejor perspectiva, todo el procedimiento fotografico, y así cuando reaparece otro angulo, un poco mas alto, con mejor perspectiva y un ambiente que la rodea aun mejor que las tomas anteriores ya si uno dice, ni por el berraco paro, no voy a llegar nunca a mi destino. Esto es todo un problema cuando en el horizonte aprece una montaña bonita; uno, por no ser de la zona, no sabe donde queda el punto de la carretera donde la modelo de piedra queda mejor… ese punto hay que descubrilo con el tiempo. Pero. He aqui el gran pero… que pasa si en vez de una montaña bonita, aparecen miles? — Pues hombre —, esa será respuesta. — Estas en Phong Nha, y estas jodido! Te tocará parar cada cien metros hasta que las montañas se acaben. En fin… sesenta kilometros despues por fin dejé el parque atrás y seguí para Vinh.

(De una vez aclaro que las fotos buenas estan en la camara; las del celular – las de este blog – esas son las malas, tomadas a la berraca para cumplir con el proposito de documentar el viaje)

Seguí por carreteras secundarias, pasando entre pueblos que se caracterizaban por lo peligrosos… miles de motos salian de la nada, atravezando la autopista obligándome a redoblar la atencion que de por si ya está casi en su límite. Ahora bien, motos y bicicletas saliendo de la nada, eso es el pan de cada día en las vías vietnamitas, el problema de esta zona – por eso la catalogo de peligrosa – es que en el area rural los perros no son una delicia gastronomica sino un fiel amigo (o por lo menos hasta que crezca grande y fuerte para poderlo rellenar en un asador con verduras y quien sabe que) en fin, los perros vietnamitas son vietnamitas, eso de mirar a ambos lados antes de cruzar no pega. Asi pues, ahora el ojo motonetico debía poner atencion a todo objeto moviente. Cuando estaba pensando en mi mente esta chachara que ahora escribo, mientras conducía, pasó un canido en carrera perseguido por otro, acto seguido una rueda motocicletica se vio levantarse del suelo y su ocupante caer en el sin suavidad. Quien iba detrás, una señora con sus compras, sea por solidaridad o por evitar chocarse, lo imitó. La escualida si frenó y el heroe de este blog en tónica auxilidora se les acercó para ayudarles. Como se podrán imaginar, con un lexico de dos palabras, cam on y xin chao, la ayuda tuvo que ser provistas por otras personas que si hablaban el idioma y que con identica proximidad se encontraban.
Aceptando la idea que mi buena voluntad aqui no era necesaria seguí con mi camino haasta que llegue al puente que se conecta con Vinh. Mas o menos, despues de la mitad del puente, todas las motos pararon y empezaron a mirar el rio. Los imité. Abajo, en medio de la corriente (bastante flojita por cierto) se encontraba un hombre vestido de chaqueta de cuero nadando. La unica posibilidad que hasta ahora me formulo es que se trató de un suicidio fallido; el agua es blandita. En fin, entre la chaqueta y los zapatos habia suficiente peso para hundir al hombre, habrá que agregar que si, como lo supongo yo, él se tiró del puente, es posible que mas de una extremidad se encontrara comletamente tullida. Nunca se quitó la chaqueta, menos los zapatos y ante nuestro desespero, completamente inutil, el hombre, a solo veinte metros de nosostros, se hundia. Quienes hablaban vietnamita, es decir, todos menos yo, gritaban a un barco cercano que le rescatara. Gritos, sea ignorados o no escuchados, no inmuabana a la barca, que no se movía. El hombre, agotado de luchar, se hundia para luego resurgir con nuevos brios. Este acto, repetido innumerables veces iba perdiendo en cada repetición energia y decision. Depronto, comenzó a flotar boca abajo. Más gritaba el puente al bote cuando este por fin comenzo a moverse. — Ahh! Por fin! Lo van a salvar! —. Pues no, el barquito atravezó el rio en dirección contraria y el motoneto, aterrado por lo que presenciaba, podía ver la desilucion en los demás testigos. 
No sé si fue lo sombrio del momento o algun shock electrico pero el muerto revivio. Comenzó a chapalear tal cual se ve en las peliculas, levantaba las manos, las agitaba mientras se hundía. Desaparecida la cabeza, los brazos lo hacian igual, pero para tomar impulso, volvia a verse la cara del hombre, para repetir el procedimiento otras tantas veces, cada vez con menos intensiddad hasta que, para la desolacion del puente, se hundio la cabeza por ultima vez, desaparecio un brazo y con el otro estirado hacia el cielo descendio a lo profundo del rio y nunca volvio a resurgir. Un silencio sepulcral (amenizado por los pitidos permmanentes de las calles de este pais) acompañó la desaparicion. Pasado el minuto de silencio y desaparecido el muerto, todos se montaron a su moto y siguieron para su destino. Yo segui a paso lento en la moto con la imagen de los ultimos segundo de una vida (todavia los veo) hacia un taller para cambiar el aceite. 
Aclaro: en mi vida he visto muchos cadaveres de todo tipo y con desmiembramientos de lo mas creativos, pero hasta ahora no me había tocado ver alguien con vida y ante mis ojos perderla; de todas esas presencias siempre me he acordado con total claridad, cada cierto tiempo vuelven a mi meoria con detalles a todo color. Estoy casi seguro que de este hombre me acordaré toda la vida. 
Hecha la diligencia mecánica obligatoria, fui a buscar un hotelito (aca no hay hostales) y logre encontrar el peor de todo el paseo, pero eso se los contaré mañana; con la permanente imagen en mi cabeza, no es pertinente hacer una descripcion hoy de donde me estoy quedando.

 

Salida de Phong Nha y montañas con muchisisisisimas perspectivas
  
Mr Ho Chi
  
La linda ciudad de Vinh
  
Más de la carretera
 

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