No amerita mucha introducción. Este post solo muestra una parte de la Ruta 2 suiza que parte desde Basilea, llega al lago constanza y después de cruzar los grisones (Graubunden), se sube hasta Andermatt (Por ahí pasamos en bicicleta cuando nos trepamos el Gottard). En este caso lo hice desde Schaffhausen hasta Basilea; es decir, unos 135 kilómetros, en general planos, que tenían de especial, el encontrarse casí siempre bordeando al Rin. Resultó más dura y larga de lo esperado. Según strava, tan dada a esconder los tiempos de las paradas, esto se hizo en 5h50. En realidad la proeza tomó 7h aunque la velociadad promedio fuera de 20km/h. La primera razón fue que el calor era bastante y el motoneto, ahora bicicleto, pedalea más bien poquito cuanda recalentao. Segundo, porque las rutas ciclisticas suizas se entrecruzan y la posibilidad de tomar el camino errado siempre es altísima, lo que hace que quien ande en bicicleta tenga que para varias veces en cada pueblo para verificar si está andando por el camino correcto o si por el contrario, deberá desandar lo recorrido. Tercero, y muy importante, porque el viento suizo sea cual sea la dirección que el ciclista tome, siempre, siempre estará en contra. Por útimo, la bicicleta usada es de gravel y le tenía montados unas llantas gruesas (35), cosa que hacía que fuera más lento.
En fin, comencé en Schaffhausen, medianamente temprano – soy muy mal madrugador – y el camino me confundió lo suficiente para perder media hora. Después de idas y venidas, encontré por fin el Rheinfall, la cascada del Rin. Es grande e imponente, pero, como ya la he visto muchas veces, solo fue usada para la foto de la bicileta y ya.
Pasada la cascada el camino se adentra por pueblitos, bosques, reservas forestales muy titinas que ayudan mucho porque proveen toda la sombra que el ciclista, en estos meses calurosos, necesita. En este momento en suiza cae nieve, pero como la ruta fue hecha en pleno verano – ya ven lo atrasada que esta la bitácora – pues calor fue lo que hubo. En algún monento la sombra se va y el paisaje cambia para unas praderas y recorridos en vías principales. Nos encontramos en Aargau, posiblemente uno de los cantones menos exitantes del país. No quiere decir que todo sea malo, pero en general mucha carretera desde Waldshut hasta Bad Säckingen me toca aguantar. Al ingresar a Rheinfelden, después de atravezar un bosque bastante largo, la cabeza empieza a mostrar signos de verdadero recalentamiento. Desde allí hasta Basilea, unos 35km, se hacen más bien renqueando debido al dolor de cabeza producto de la insolación. Por cuenta de esto la entrada a Basel no fue triunfal ni celebrada como la ruta lo ameritaba. Una cerveza, un platado de pasta y mucha mala cara fueron le que sucedieron la llegada.
Con este paseo el bicicleto se dio cuenta, que subir montañas no le es un problema. Lo que ya está demostrado que lo mata es la marca de los 100k. Siempre lo funden así sean planos y al siguiente día ya está tan mermado que 30km ya son demás.
