La montada es larga y aburridora, kilómetros y kilómetros y kilómetros y kilómetros y kilómetros y kilómetros del mismo cultivo, toda la carretera es una línea recta de 2 carriles. Uno se cansa más porque no cambia de posición, así que cada 100km o cada hora ya al final se paraba a descansar.
De Rosario no puedo decir gran cosa, ya que la conocí una sola tarde y era domingo; no había nada abierto. Sería injusto juzgar una ciudad con tan poco tiempo estando en ella.
Llegué al hostal más caro y de lejos el peorcito en que he estado, bastante sucio y a mi pieza se entraba por la cocina. Por eso una vez llegué, salí a dar la vuelta por la ciudad cuando estaba haciendo un calor horrible y no había sombra por ningún lado.
Se cometió un sacrilegio: comí en McDonalds, no porque yo quisiera sino porque no había absolutamente nada abierto. Como comentario puedo afirmar que sigue tan maluca como siempre.
En la costanera, frente al rio parana hay un sitio para los artistas jóvenes; hacen concierto los domingos para dar a conocer nuevas bandas. Me vi las primeras dos, en el entretiempo entre la segunda y la tercera (mietras quitan la batería de una y ponen la de la próxima banda) me fui a comer en un restaurante que vi abierto. Para acelerar las cosas pedí una ensalada cesar que es de lejos la más facilita de hacer.
Mientras esperaba un bebe tiró su tetero y quedé bañado en leche; no es que yo sepa mucho de leche y sus derivados, pero estoy casi seguro que era leche recién ordeñada de la madre. También puedo decir (esto ya es especulación mía) que la madre toma mucha cocacola porque el tetero al parecer no solo tiene leche fresquita, también aparenta ser carbonatada. Nunca en mi vida vi un tetero explotar de esa forma y botar chorros de leche a presión. Como para variar todo iba dirigido a mí.
Lograron demorarse una hora para hacer la ensalada (me perdí el último grupo) y me la comí bravo, de afán y oliendo a leche.
Para dormir en ese calor y sobre una fiesta del hostel, nada mejor que un solpidem!
Centro de Rosario, completamente vacío y cerrado
Monumento a la bandera
Rio Paraná
Jajajaja Lucio por dios, lloré de la risa con lo de la leche, que horror!