Con el solo título habrán notado que así es como verdaderamente se llama la ciudad en su natural alemán. En esta lengua la “W” se pronuncia igual que nuestra “V”. Para no alargar esto mucho, Viena en español es su nombre y como Viena será mencionada en el resto de este relato.
Viena, la capital de Austria es lo que se puede resumir como una capital imperial. Eso de imperial normalmente le da un estatus diferente y mas pomposo del que pueda tener una capital común y silvestre, ya que no fue en su pasado una simple ciudad, sino una de las bien llamadas metrópolis, tal como lo son Madrid, París y otras tantas ciudades, increíblemente imponentes con su arquitectura, siempre grandiosas no dejando a nadie indiferente. En este caso, Viena fue la metrópoli del imperio austro-húngaro, algún tiempo después tuvo que compartir ese honor con la increíble Budapest, y algún tiempo antes no era mas que la capital de un reino, el de los Habsburgo, linaje real que ante la unificación alemana entorno a Prusia la puso en tanto peligro de ser absorbida en algún futuro cercano, que decidieron juntarse con el reino de Hungría para protegerse mutuamente. Mas tarde absorbieron parte de Moravia, la Galicia polaca, parte de ucrania, Croacia, Eslovenia y después, en una competencia por los restos del imperio otomano contra Rusia, adjuntaron a su imperio a Bosnia, Serbia y lo que mas tarde sería llamada la Yugoslavia, país que se generó por exactamente los mismos motivos que el imperio, en ese caso el enemigo fue Italia, una vez reunificada y con ansias colonialistas, amenazó de tal forma a Croacia, Eslovenia y Serbia que estos no teniendo ninguna forma de defenderse por si solos, tuvieron que juntarse para ser lo suficientemente fuertes para evitar alguna tentativa italiana de anexación (si esta palabra no existe, perdón, me la inventé). Sufrió la pobre Albania la codicia italiana. Dejo constancia que me he salido del el tema, así que retomo. El imperio Austro húngaro y su capital Viena se disolvió hace solo 96 añitos, al estar los húngaros hartos de los austriacos, los serbios y croatas de los húngaros, los eslovenos de los austriacos, en fin, todas las tensiones explotaron cuando después de la perdida de la gran guerra en unas revueltas lograron separarse sin mucho trauma.
Lo verdaderamente importante para este relato es que Viena es muy bonita porque tuvo un pasado grandioso y tiene un presente bastante positivo. No es que Austria se vaya volver una potencia mundial pero, al tener un nivel de vida envidiable, se pueden dar el lujo de conservar todas sus joyitas arquitectónicas como lo que son, unas joyitas.
Su altísimo nivel de vida conlleva ciertos problemas para un turista del tipo “motoneto”; es increíblemente caro, para darle sinónimos a esto podemos traer un impagable, prohibitivo, imposible o algún otro adjetivo al, una vez el hambre en el estómago haciendo estragos, ver el menú y precios de cada uno y llegar a la conclusión de que en esta ciudad galletas será el menú, y en días lujosos será la hamburguesa mas McMaluca y mas McCara que se podrá comer, es triste, hasta el McBaño lo cobran, el fin, la famosa Wiener Würstchen, de donde Wiener es vienesa, würst es salchicha y chen, pronunciado jen, es alguna de esas maromas gramaticales que hacen del alemán un idioma imposible, será la salchicha vienesa una comida de una ocasión, para decir que se probó pero que nunca jamás en el viaje se podrá volver a pagar, en estos exorbitantes precios están incluidos los negocios callejeros que las venden.
Los austriacos son bastante simpáticos, el centro de la ciudad estará invadido por millones de turistas que se asombran ante las innumerables doradas fachadas y los delicados detallitos que se ven por todo lado y que solo los austriacos pueden tener. Acompañan a todos los turistas un batallón de Mozarts con un menú de conciertos que “únicamente” tocarán esa misma noche. Los precios dan risa pero para eso están los gringos, ellos si los pagan. Los que no podemos permitirnos ese lujo, paseamos por la ciudad. La ciudad turística es lo que estaba dentro de la muralla que en algún momento pasado la protegió, ahora es un ringstrasse o ringgasse como dicen ellos, pero que al final es un añillo vial que circunda todo el centro siendo una misma calle con nombres distintos cada dos cuadras terminando en ring, anillo. Todo lo que está dentro del anillo es imperial, está en perfecto estado y es súper bonito. Afuera del anillo hay dos palacios para ver: el Belvedere, o bella vista en español, ya absorbido por la ciudad, conserva sus jardines y tiene suficientes caminos para cansar al turista después de kilómetros caminar. El otro es el Schönbrunn (Schön, hermoso; Brunn, vaya uno a saber, pero es algo lindo), el palacio de Franz Ferdinand y Sophie, obviamente también del emperador, palacio lujoso con jardines donde vivían cómodos y felices, después cuando este relato llegue a las calles de Sarajevo, les contaré donde y como lo mataron. Independientemente de que quien esto lea, estese preguntando si hablé del grupo de rock o si fue del pobre príncipe heredero asesinado por un loco serbio, lo que importa del relato es que el palacio no queda cerca, pero una vez tomado el tren para llegar y hecha la gigantesca fila para entrar, no queda de otra que caminar entre los salones y los jardines hasta el cansancio; cuando este llegue y se alce victorioso, la estación del tren solo estará a uno o dos kilómetros a pie y en él se podrá ir hasta la otra parte turística de la ciudad que vale bastante la pena recorrer, el rio. No es el Danubio, sino un canal que pasa por la ciudad. Es increíblemente animado y bastante largo para recorrer. En verano playa alternativa, teatro y bar todo en uno.
Conejo publicitario del museo Albertina, uno de los mas importantes museos del mundo
El palacio de los Hofburg con los techos de l’orangerie
Fachada del palacio de los Hofburg
Museo de etnología
El príncipe Eungenio de Savoya
Innerer burgplatz, dentro del palacio
Un techo imperial con sus detallitos
Los famosos caballos españoles no son, son austriacos y llevan turistas
Una grasse o strasse del centro
Grabenstrasse, la mas importante de Austria
La cúpula de Stephansdom desde la grabenstrasse
La parte de la torre que no ha sido limpiada
Detalles de la fachada
Entrada del museo Albertina
Karlskirche, la iglesia de Carlos
Fachada típica y tranvía de la ciudad
Palacio de Belvedere
Jardines del palacio de Belvedere
Calle en el interior del anillo
Negocio y fachada vienés
La catedral Stephandom por dentro
El canal del danubio
Piscina dentro del rio
El canal del danubio bien decorado
Burgtheater, o teatro de la ciudad
Volksgarten, el jardín del pueblo lleno de rosas (y turístas, como no)
El palacio de Schönbrunn
La Gloriette, parte del palacio de Schönbrunn
Estación del metro a la que hay que llegar para ir al palacio